Adelante serpea el camino,
se adentra en la niebla de lo desconocido;
el resplandor del horizonte me empuja hacia adelante
y me retienen las ataduras de lo seguro,
me embebe la burundanga del ahora,
un ligero temblor me recuerda que sigo vivo,
el eco de una vieja canción me reanima:
"caminante: no hay camino..."
sábado, 18 de febrero de 2012
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